Distracción
Demasiado color ciega el ojo,
Demasiado ruido ensordece el oído,
Demasiado condimento embota el paladar,
Demasiado jugar dispersa la mente,
Demasiado deseo entristece el corazón.
El sabio provee para satisfacer las necesidades, no los sentidos;
Abandona la sensación y se concentra en la sustancia.
Tenemos una falsa identidad, esa es nuestro falso yo - el cuerpo físico,
Tenemos una verdadera identidad, esa es nuestro verdadero yo - el yo de cuerpo espiritual,
Dios nos concedió el cuerpo físico como un instrumento,
y nos otorgó una esencia para dirigir ese instrumento,
para realizar grandes, maravillosas, milagrosas obras.
Se nos olvida nuestra finalidad al mundo,
porque tenemos muchos apegos por todas aquellas distracciones que se presentan en nuestra vida,
tenemos que dominar el deseo, no deseo a nuestro verdadero ser,
por eso,
tenemos que hacer la reflexión constantemente, diariamente,
para ir conociendo cada vez mejor,
la maravillosa esencia que Dios nos otorgó...

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