El amor es paciente y muestra comprensión.
El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla.
No actúa con bajeza ni busca su propio interés,
no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.
No se alegra de lo injusto,
sino que se goza de la verdad.
Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
El amor nunca pasará.
Las profecías perderán su razón de ser,
callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado.
Porque este saber queda muy imperfecto,
y nuestras profecías son también algo muy limitado;
y cuando llegue lo perfecto,
lo que es limitado desaparecerá.

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