Un hombre encontró un capullo y lo llevó a casa, de manera de observar como emergía la mariposa del capullo. Un día algo pequeño apareció, El hombre se sentó y observó por algunas horas como la mariposa luchaba forzando su cuerpo a través de la pequeña abertura del capullo.
Parecía que no había ningún progreso. Era como si la mariposa no podía salir. Estaba atascada. El hombre en su bondad decidió ayudar a la mariposa. Tomó unas tijeras y cortó lo que faltaba para que saliera el pequeño cuerpo de la mariposa. Y así fue, la mariposa salió fácilmente.
Mi reflexión:
El mundo es una escuela para entrenar nuestro cuerpo, mente y alma. Las situaciones difíciles que se presentan en nuestra vida nos servirán como escalones para evolucionarnos al siguiente nivel. Solo agradecer, así podrá valorar, solo valorar, así podrá aprender, solo aprender, así podrá continuar nuestro viaje con sentido.
Doy gracias a aquellas personas que me hicieron caer, porque así aprendo a levantarme.
Doy gracias a aquellas personas que se burlaban de mi, porque así aprendo a ser fuerte.
Doy gracias a aquellas personas que me criticaban, porque así corrijo mis errores.
Doy gracias a aquellas personas que se aprovechaban de mi, así descubro cuan rico soy.
Doy gracias a aquellas personas que me lanzaban piedras, porque así entreno mi Fe.
1 comentario:
Es muy acertada esta historia..."Es necesario el martillo y el cincel para que Dios haga de nosotros obras de arte en nosotros esculpiendo y corrigiendo nuestra fealdad".Debemos aprender a sobrellevar con inteligencia el dolor con cada arremetida divina. Cuando nos quejamos de nuestras calamidades, Dios detiene su mano para que no suframos.
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