Una madre veía como sus hijas jugaban a las muñecas y se divertían compartiendo un momento entretenido. De pronto una de ellas se molestó y el juego se terminó.
Entonces la mamá decidió narrarles un cuento aprovechando que hacía frío de invierno.
“Había una vez dos pequeñas niñas que jugaban felices por el campo y los días eran siempre soleados. Un día empezaron a discutir y el sol se fue a dormir. De pronto empezaron a caer fuertes lluvias que inundaban los caminos y se llevaban las flores a otros lares. La más pequeña le preguntó a su mamá:
- Mami ¿cuándo parará de llover? parecen lágrimas que caen de arriba.
- Parará de llover, cuándo los ángeles dejen de llorar, le respondió.
- ¿Y por qué están llorando? -preguntaron las niñas.
- Porque ustedes discuten en vez de compartir”.
Las niñas aprendieron la lección y desde aquel día no discutieron más.
La lluvia paró y el sol salió de nuevo y a todos alegró.
Mi reflexión:
No hay un ser que es igual a nosotros, cada quien tiene su personalidad y carácter, para saber como llevar bien con la otra persona, primero debemos conocer su corazón, y aceptarlo con sinceridad. Tratar a otros con corazón sincero y palabras dóciles, así vamos a poder ganar el corazón de mucha gente. es preferible perder una razón y ganar un amigo que ganar una razón y perder a todo el mundo...
1 comentario:
Muy bien dicho.....E:)
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