Cuando el cielo quiere conferir a alguien una difícil misión, antes pone a prueba la fortaleza de su ánimo y equilibrio de su mente con las dificultades de una vida dura; fatiga sus músculos y todo su cuerpo con rudos trabajos que ponen a prueba toda su resistencia, mortifica su carne y su piel con los rigores del hambre y de frío; somete a las mayores privaciones de la miseria; determina que no tenga éxito en sus trabajos para que se enfrenten con el fracaso. De este modo el cielo estimula sus virtudes, fortalece su cuerpo y les hace aptos para afrontar las dificultades con que tropezaran en el cumplimiento de su alta misión. La dificultad es lo que más estimula al hombre a vencer sus deficiencias y superarlas: Solo cuando se han padecido toda clase de privaciones y trabajos, solo cuando se ha visto el rostro de la miseria, solo entonces, es posible conocer a fondo la naturaleza humana.
1 comentario:
No toda adversidad que enfrentamos es una prueba, algunas son deudas otras son decisiones equivocadas. La verdadera prueba es aquella que limita nuestro compromiso; si logramos el temple, la fortaleza, la voluntad y el sacrificio; tendremos el carácter y la virtud suficientes para superar apoyados en la fuerza del voto; entonces podremos conocernos y ejercer con humildad y amor la verdadera responsabilidad...
Publicar un comentario